divendres, 16 de maig del 2008

Quan l'assetjament és obra d'un psicòpata

A l'Argentina també estan distrets. Adjuntem notícia relativament recent (18 d'abril) d'un diari de Rosario.

Mobbing: "cuando el acoso laboral es obra de un psicópata"

Se trata del acoso psicológico laboral· No existe una legislación nacional (a Argentina) que resguarde de la humillación, la agresión verbal y el hostigamiento a quienes lo sufren a diario en sus trabajos.
La problemática es de tal gravedad que puede llevar a daños psicológicos y a la internación en neurosiquiátricos.

El acoso psicológico laboral es un fenómeno oculto que adoptó en los últimos años formas sofisticadas de persecución y ostigamiento. Este acoso puede causar daños irreparables en la salud del sometido y, aunque tímidamente, comienza a ver la luz y mostrar un mundo sórdido en el día a día de las oficinas.

El término actual para denominarlo es “Mobbing”, un acoso que atraviesa todos los niveles jerárquicos, y puede producir un desgaste en la salud psíquica y física capaz de imposibilitar de por vida a quienes lo padecen de volver a desarrollar una actividad laboral, y cuya problemática aún no está contemplada en el derecho laboral argentino.
Según los especialistas, el mobbing generalmente no busca que una persona deje su puesto de trabajo, síno la “satisfacción morbosa de quien lo ejecuta”. Así lo aseguró a Roberto Gómez, psicólogo laboral, quien agregó que se trata de una “forma patológica del trata” que se desarrolla con la suficiente “altura” para “sostener el acoso en el tiempo”.

Gómez habla de lo que es quizás una de las raíces del tema. La sutileza con que se implementa hace difícil que se identifique lo que en principio parece ser sólo exigencia y profesionalismo. “Tiene que ver como se asume la presencia del otro”, afirmó y confesó que por tratarse de un problema que se trata en Argentina desde hace sólo dos años no hay una gran cantidad de profesionales especializados.
El mobbing consta en los malos tratos, la humillación, el aislamiento y el asignar tareas degradantes, con datos erróneos y sin sentido a trabajadores que con el tiempo suelen presentar pérdida de autoestima, ansiedad, y trastornos emocionales y psicosomáticos que pueden llevar a quien lo sufre a que nunca más pueda recuperar la estabilidad psicológicanecesaria para retomar su profesión o empleo cualquiera.
Desde el Derecho, comprobar ante la Justicia haber sido víctima de mobbing presenta tantas dificultades y el vacío legal es tan grande que “cada juez arbitra de manera distinta y con resultados diversos”, sostuvo Fernando Raúl Pérez, abogado especialista en derecho laboral , por lo que el estado de indefensión en el que quedan los demandantes es palpable y real.

“Se trata de aportar indicios para que el juez revierta (la situación) y sea el demandado quien deba comprobar su inocencia”, dijo Pérez y especificó que, en principio, “cualquier grabación” puede llegar a servir. Con respecto a los testigos la cosa se complica, es que es un ámbito donde “es muy difícil” poder conseguirlos.
Cuando se logra comprobar el daño causado, los costos económicos y las indemnizaciones oscilan “los $10 mil”, aunque hay que analizar caso por caso, dijo Peréz. Por ejemplo la indemnización moral para quien “quedó destruido” y no puede volver a ejercer su trabajo, es mucho mayor.
El ejemplo que el propio López acercó grafica el nivel problemático psicológico en el que está envuelto este tipo de acoso. Una empleada demandó a la empresa Dadone por las “exigencias extremas (…) y el trato diferencial del resto del personal” que sufrió de parte de su superior jerárquico.
“Se comprobó que ello provocó daños en su salud (Síndrome depresivo reactivo) y el fallo condenó a la ART a reparar los daños” las órdenes y contraórdenes”, las agresiones verbales y el trato diferenciado, llevó a la mujer a consultas psiquiátricas que derivaron en internaciones prolongadas en neuropsiquiátricos, y a un informe que mencionó las “ideas suicidas” que experimentaba y que deberían ser catalogadas de enfermedad laboral.
Sólo un ejemplo de una problemática antigua como el trabajo de oficina mismo, que, sin embargo, comienza a ser tratado en los ámbitos sanitarios y judiciales del país a partir de las denuncias crecientes que llaman a pensar sobre una legislación nacional –hasta ahora inexistente- que de respuestas a esta problemática.